OTROS CUENTOS PARA CONTAR.

Viernes 14 d octubre de 2016

Hora: 9:45 am

Lugar: Timirisis parte alta-Municipio Trujillo-Parroquia Matriz

OTROS CUENTOS PARA CONTAR.

Segunda conversación con el señor Juan Perèz, cuenta cuentos de la comunidad de Timirisis Parte Alta.

La piedra que era de Dios.

Por Pedro Dàvila

Cuando una historia trae a la otra historia

y ambas historias se tejen ,van haciéndose

cadenas de nuevos historias para contar.

Una mañana me fui con mis amigos al mismo sitio que por siempre visitábamos. Ese era el lugar de nuestros juegos, juegos de niños, pero también era el lugar que los hombres visitaban para jugar con barajas, dominó, o simplemente para conversar y entre conversa y conversa, entre cartas y fichas del dominó, un trago de buen sanjonero,o una peya de chimó, les calentaba el alma y hacia que las gargantas se afinaran, y la tertulia durará más allá del atardecer..

Un día, mis amigos y yo, salimos corriendo para aquel sitio de siempre, dónde esperaban los juegos, los sueños, la libertad. Al llegar hasta el lugar, algo amarillo y redondo, de lejos vimos brillar, en el centro de aquel llanito, cortado como al azar, estaba una piedra inmensa que ningún hombre de aquí ni de algún otro lugar podría siquiera alzar. Algunos hombres dijeron que rodo de la montaña, que la trajeron de lejos, que los marcianos vinieron que patatin,patatàn, para mí que soy un niño, esa piedra redonda, grande ,muy grande que a los hombres, a la cintura llegaba y a nosotros hasta el pecho, también tenía un escalón para que a ella subiremos, a jugar con nuestros juegos .Los hombres allí jugaban, con sus barajas, con sus fichas de dominó donde contaban  cuentos al derecho y al revés . Les decía entonces, señoras y caballeros, que esa piedra era de Dios, la colocó allí, para que todos la viéramos, esa piedra es de verdad, por allí aún debe estar.

Pedro Ángel Dávila David

Este cuento es una adaptación que hice al cuento que nos contó esta mañana el señor Juan Pérez. Nos contó que esa piedra apareció en un lugar de Urbina (Edo. Trujillo), que nadie se pudo explicar cómo llegó esa piedra hasta ese lugar.